💣Terelu vuela a República Dominicana tras el escándalo Borrego-Rubio y antes de debutar en Fiesta ✅

Terelu Campos ha vuelto a hacer lo que mejor sabe: desaparecer cuando el foco aprieta más de la cuenta.

La presentadora de 59 años ha sido captada en el aeropuerto de Barajas, maleta en mano y sonrisa hermética, minutos antes de embarcar hacia República Dominicana.

El destino no ha sido confirmado oficialmente, pero todo apunta a que ha cruzado el charco buscando un remanso de paz en pleno vendaval familiar y profesional.

Y es que Terelu no solo lidia con su inminente regreso a la televisión, sino también con las llamas que arden, otra vez, en el clan Campos.

Después de dos idas y vueltas a Honduras por su participación doble en Supervivientes 2025, y de su implicación reciente en el mundo teatral, Terelu se prepara para un nuevo reto: sustituir este verano a Emma

García en el programa Fiesta de Telecinco.

No lo hará sola, claro.

Junto a César Muñoz y Álex Blanquer, encabezará una sección bautizada como Aires de Fiesta, centrada en repasar las trayectorias de artistas nacionales e internacionales.

Un proyecto que, según ha declarado, le hace especial ilusión: “Estoy muy contenta.

Espero que hagamos una cosa bonita y que a la gente le guste”.

Pero mientras esa nueva aventura toma forma, la presentadora ha optado por desaparecer unos días.

¿La excusa? Oficialmente, no hay ninguna.

Ella no ha compartido ni una sola imagen en sus redes.

Ningún post, ningún storie, ni siquiera una pista del motivo de su viaje.

Y eso, viniendo de Terelu, es más que significativo.

Porque si algo ha aprendido en su larga carrera es que a veces el silencio comunica más que mil titulares.

Y en este caso, el contexto no puede ser más revelador.

A pocas horas de su partida, Carmen Borrego —su hermana— ha vuelto a dinamitar la relación familiar con unas incendiarias declaraciones en la revista Lecturas.

“A Alejandra le sobramos todos”, soltó sin rodeos, refiriéndose a su sobrina.

Una frase que, como era de esperar, ha generado un auténtico tsunami mediático.

¿Qué opina Terelu? En el aeropuerto, con rostro serio, se limitó a decir que “no hay ningún problema”.

Pero su billete de avión decía otra cosa.

Porque no es la primera vez que Terelu decide marcharse cuando las cosas se complican.

Ya lo hizo en el pasado cuando los conflictos familiares comenzaban a desgastarla públicamente.

Esta vez, con su hija Alejandra Rubio convertida en madre primeriza y envuelta también en titulares, la jugada se repite.

Mientras Carmen Borrego aviva las llamas desde las revistas, y Alejandra y Carlo Costanzia disfrutan de su primer verano como padres en Ibiza, Terelu ha optado por el Caribe, lejos del ruido, lejos del plató, lejos

del conflicto.

Y aunque muchos se preguntan si este viaje está vinculado a algún proyecto profesional secreto, todo indica que se trata más bien de un paréntesis estratégico.

Un oasis temporal antes del vendaval televisivo que se le avecina.

Porque en unas semanas deberá estar sentada frente a las cámaras de Fiesta, lista para conducir una sección que no solo exige simpatía y soltura, sino también pulso firme ante lo que inevitablemente llegará: las

preguntas.

¿Le preguntarán por su hermana? ¿Por Alejandra? ¿Por el supuesto distanciamiento familiar? ¿Por su primer verano como abuela? Todo está sobre la mesa.

Y Terelu lo sabe.

Por eso este retiro en República Dominicana parece más una maniobra de reposo previo que un simple capricho vacacional.

Está afinando energías, ensayando sonrisas, blindando su imagen.

Y mientras ella guarda silencio, el resto de los Campos no para de hablar.

Alejandra Rubio, junto a Carlo y su hijo, ha sido vista en Ibiza acompañada nada menos que por Mar Flores, la madre de Carlo.

Todo un cóctel mediático que promete dar titulares para rato.

La gran incógnita ahora es si Terelu se reunirá con ellos en algún punto del verano o si seguirá manteniendo esa distancia prudente que lleva aplicando desde hace meses.

Un distanciamiento que, a juzgar por sus silencios y decisiones, parece más una necesidad que una elección.

La realidad es que el apellido Campos nunca descansa.

Cada movimiento es observado con lupa.

Cada palabra se convierte en titular.

Y cada silencio, como el de Terelu ahora, se interpreta como una jugada más en un tablero mediático lleno de piezas fracturadas.

Lo que queda claro es que su regreso a Madrid estará cargado de expectativas.

Y no solo por su nuevo rol en Fiesta, sino porque su vuelta coincide con el momento más delicado a nivel familiar y mediático.

¿Será capaz de esquivar el tema? ¿Logrará mantener el perfil bajo mientras todos esperan su versión? ¿O acabará rompiendo su silencio en directo, como tantas otras veces? Por ahora, la única respuesta está en su

billete de vuelta.

Porque la calma del Caribe no dura para siempre… y en España, la tormenta Campos sigue rugiendo.

Terelu tendrá que decidir si vuelve con el paraguas… o con una bomba mediática bajo el brazo.