🚨 ¡INDIGNANTE! Wyoming desenmascara a Ferreras, Aznar y las cloacas mediáticas: “De ellos ni la verdad se puede decir”

El Gran Wyoming propone un nuevo día nacional para España

Wyoming lo ha dicho todo.

Con la franqueza y mordacidad que lo caracteriza, rompió un silencio impuesto por años de contratos, presiones editoriales y autocensura profesional.

En una conversación explosiva, el popular comunicador no solo habló de su caso personal, sino que desmontó la estructura entera de manipulación mediática que, según él, solo apunta en una dirección: contra la izquierda.

Todo comenzó con los audios filtrados de Ferreras y Villarejo, donde se destapaba la creación deliberada de noticias falsas contra líderes políticos como Pablo Iglesias.

Noticias que nacieron de las cloacas del Estado y que fueron amplificadas por ciertos medios con el fin de destruir reputaciones.

Pero lo más escandaloso no es eso, dice Wyoming: es la absoluta impunidad con la que todo eso ocurrió.

“De esa gente no se puede decir ni la verdad”, afirmó sin pestañear, aludiendo directamente a personajes como José María Aznar y su familia.

“¿Alguien ha investigado su patrimonio? ¿Se ha publicado algo? Nada.

Ni un bulo, ni siquiera un dato real”.

Mientras tanto, los ataques a figuras progresistas son constantes, despiadados y masivos.

El enfado de Wyoming tras saber que el denunciante de la supuesta agresión  homófoba mintió

“Yo fui acusado en televisión por Miguel Ángel Rodríguez y Germán Terch de ser el camello oficial de TVE.

Dijeron que toda mi carrera se debía a que yo vendía cocaína a las autoridades”, confesó Wyoming.

Una acusación devastadora y completamente falsa.

Pero, lejos de poder defenderse públicamente, sus abogados le recomendaron callar.

¿El motivo? Si lo negaba, el titular sería “Wyoming dice que no vende cocaína” y ese sería el mensaje que quedaría en la mente del público.

“Mi nombre quedó asociado a la droga por años.

Si buscabas en Google, lo primero que salía era ‘Wyoming cocainómano’.

Esto te destruye para siempre”, denunció con rabia contenida.

Y mientras él tenía que guardar silencio, otros podían decir cualquier barbaridad sin consecuencia alguna.

“¿Qué pasaría si yo acusara a Carlos Herrera de violación en mi programa? No volvería a trabajar en televisión en mi vida.

Pero cuando Esperanza Aguirre dijo en rueda de prensa que Zapatero había pagado a sicarios para atacar a uno de los suyos, pusieron mi foto como instigador.

¡Y no pasó nada!”, exclamó Wyoming.

La dura reflexión de Wyoming tras el aumento de las agresiones homófobas

“Esta señora acusó al presidente del Gobierno de organizar un atentado y encima me señaló a mí como culpable.

Y no hubo repercusión”.

El nivel de impunidad al que se refiere es tan extremo que incluso recuerda cómo tras una pelea de bar, en la que un individuo de extrema derecha fue expulsado por acosar a su novia, su nombre apareció asociado como agresor solo porque era el rostro más

conocido en el lugar.

Y la derecha mediática, lejos de verificar los hechos, lo usó como arma para atacarlo.

“Dijeron que fue un sindicalista radical quien golpeó a un periodista.

Lo cierto es que era un tipo borracho que se había pasado de la raya.

Pero eso no interesaba.

Lo importante era construir el relato”.

Wyoming va más allá: acusa a ciertos medios y periodistas de tener un papel activo en la fabricación de bulos.

“Todo va en la misma dirección.

Siempre son los mismos los que mienten.

La respuesta de Wyoming a Vox tras culpar a los migrantes de las agresiones  homófobas: “Dan asco”

Y siempre mienten contra los mismos”, afirmó.

También se preguntó por qué cuando intenta exponer mentiras contra figuras de derechas sus superiores le dicen “ni se te ocurra”.

“Yo solo quería hacer un experimento: decir mentiras sobre ellos como las que dicen sobre nosotros.

A ver qué pasaba.

Me dijeron que si lo hacía, no volvería a aparecer en televisión”.

En este contexto, Wyoming denunció que la manipulación mediática no es solo un fenómeno complejo, sino un mecanismo profundamente asimétrico y estructural.

“Aquí no hay equilibrios.

Aquí hay un lado que puede mentir sin consecuencias, y otro al que destruyen incluso con la verdad”.

La indignación se palpa en cada una de sus palabras.

Para él, el verdadero problema es que ya ni siquiera se valora la verdad.

Dos gestos le bastan al Gran Wyoming para retratar el escándalo de Tamara  Falcó e Íñigo Onieva en 'El intermedio' (La Sexta)

“Nos quieren convencer de que la verdad es subjetiva.

Que todo depende del punto de vista.

¡Una mierda! Mentir es mentir.

Basta con no mentir.

Te puedes equivocar, sí, pero mentir deliberadamente es otra cosa”, sentenció, recordando cómo incluso en un desayuno con grandes nombres del periodismo como Iñaki Gabilondo o José María García, se debatía sobre la “no existencia de la verdad”.

A Wyoming esa idea le parecía peligrosa y falsa: “Cuestionar la existencia de la verdad es el primer paso para justificar la mentira.

Y eso es lo que han hecho”.

El presentador también agradeció el respaldo del sindicato de periodistas de Madrid, que lo considera periodista aunque su formación sea en medicina.

“Basta con ejercer el periodismo con rigor y ética.

El motivo de la ausencia de El Gran Wyoming en 'El Intermedio'

Y eso es lo que intento hacer desde hace 18 años en mi programa, sin haber tenido jamás un problema judicial serio.

Porque no mentimos”, concluyó con orgullo.

En definitiva, el discurso de Wyoming es mucho más que una catarsis personal.

Es una acusación directa y contundente contra un sistema mediático que opera con doble rasero, que fabrica realidades a medida del poder y que castiga al que se atreve a cuestionarlo.

Y sobre todo, es un grito desesperado por la integridad periodística en un país donde, según él, decir la verdad puede costarte el trabajo… o incluso algo peor.