¿Sabía el Real Madrid que sus conciertos en el Bernabéu eran ilegales? Un escándalo oculto

El Real Madrid, uno de los clubes de fútbol más prestigiosos del mundo, se encuentra en el centro de una polémica que va más allá del deporte.

Según una exclusiva publicada por El Confidencial, el club sabía que los conciertos realizados en el estadio Santiago Bernabéu durante varios meses eran ilegales por superar los límites de ruido permitidos por la normativa municipal.

Los conciertos se llevaron a cabo entre abril y septiembre, fechas en las que numerosos vecinos denunciaron la contaminación acústica y acudieron a la justicia.

A pesar de estas denuncias, el Real Madrid y los promotores musicales siguieron adelante con las actuaciones, conscientes de que incumplían la ley.

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Un testigo clave en el caso es Julio Aznar Ercilla, el abogado encargado de tramitar los permisos para estos eventos.

En su declaración, Aznar revela que el club y los promotores intentaron obtener un permiso especial para superar los límites de ruido establecidos, pero este fue denegado por el Ayuntamiento de Madrid.

Aun así, se realizaron 16 conciertos más sin autorización para exceder el nivel sonoro permitido.

Esta situación plantea una cuestión fundamental: ¿por qué se permitió la celebración de estos conciertos a sabiendas de que se infringían las normas?

La respuesta parece estar en la falta de acción contundente por parte de las autoridades municipales, que optaron por sancionar económicamente a posteriori en lugar de suspender los eventos.

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El Ayuntamiento de Madrid ha defendido que la Comunidad de Madrid es la responsable de otorgar las licencias para estos conciertos, basándose en informes de seguridad y protección civil.

Sin embargo, la Comunidad no evalúa los aspectos relacionados con la contaminación acústica, que son competencia municipal.

Este reparto de responsabilidades ha generado confusión y una aparente falta de control efectivo.

Otro punto crítico es el debate sobre la licencia de funcionamiento del estadio.

Mientras los vecinos aseguran que los conciertos se realizaron con una licencia antigua de hace más de 20 años, el Ayuntamiento sostiene que se utilizó una licencia vigente desde 2017, y que tras las obras del nuevo Bernabéu se otorgó una nueva licencia en agosto de 2023.

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Sin embargo, la mayoría de los conciertos se celebraron antes de esta última fecha, lo que pone en duda la legalidad de las autorizaciones.

El intento de justificar la superación de los límites de ruido mediante un “interés general cultural o turístico” también fracasó, ya que la concejala del distrito del Bernabéu, presionada por los vecinos, negó esta consideración.

Esto impidió que se concediera una excepción a la ordenanza de protección contra la contaminación acústica.

En medio de este entramado, el Real Madrid parece haber actuado con pleno conocimiento del riesgo legal, alquilando el estadio para estos conciertos y permitiendo que se superaran los decibelios autorizados.

Esta conducta, si se confirma, podría tener consecuencias legales y éticas importantes para el club.

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Por su parte, la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, ha impulsado una nueva normativa que permitiría superar los límites de ruido en eventos como los conciertos del Bernabéu.

Esta medida ha sido muy criticada por considerarse una concesión a intereses económicos en detrimento de la calidad de vida de los vecinos.

La reacción de los medios de comunicación ha sido desigual.

Mientras algunos grandes medios apenas han difundido la noticia, El Confidencial ha sido uno de los pocos en profundizar en el asunto y revelar detalles que ponen en entredicho la gestión del Real Madrid y las administraciones públicas implicadas.

Este caso no solo cuestiona la legalidad de los conciertos, sino también la transparencia y la responsabilidad de las instituciones y del propio club.

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La falta de coordinación entre Ayuntamiento y Comunidad, junto con la presión de los vecinos, ha dejado al descubierto un sistema que permitió la celebración de eventos ilegales durante meses.

En conclusión, la filtración de esta información abre un debate necesario sobre el respeto a las normas, el equilibrio entre desarrollo económico y derechos ciudadanos, y la rendición de cuentas en grandes proyectos como el nuevo Bernabéu.

El Real Madrid y las autoridades deberán responder ante la justicia y la opinión pública para aclarar esta situación y evitar que se repita en el futuro.

Mientras tanto, la ciudadanía y los aficionados esperan que se esclarezcan todos los hechos y que se tomen medidas contundentes para preservar el bienestar de la comunidad y la legalidad en la organización de eventos masivos.

El escándalo de los conciertos ilegales en el Bernabéu es un recordatorio de que ni siquiera las instituciones más poderosas están por encima de la ley.