¡Escándalo en el Bernabéu! Chelsea pone precio de oro a Palmer y Vinicius exige salario de estrella: “¿Aquí se juega o se negocia?”

El Real Madrid vive horas decisivas en el mercado de fichajes y en la gestión interna de su plantilla.

La reciente exhibición de Cole Palmer en el Mundial de Clubes ha encendido las alarmas y expectativas en el Bernabéu.

El joven delantero inglés, autor de cuatro goles en la final y con un rendimiento sobresaliente durante todo el torneo, se ha convertido en el objetivo prioritario del técnico Carlo Savi Alonso para reforzar el ataque blanco.

Sin embargo, la operación Palmer se ha convertido en un verdadero choque de intereses.

El Chelsea, firme en su postura, exige la suma íntegra de 150 millones de euros en efectivo, rechazando cualquier propuesta que incluya pagos diferidos o intercambios de jugadores.

Esta rigidez está motivada por una sanción de la UEFA que impide al club londinense fichar hasta enero de 2026, lo que elimina incentivos para aceptar futbolistas en trueque.

En el lado madridista, las ofertas iniciales han sido contundentemente rechazadas: 50 millones más la cesión de Rodrigo Goes, y luego 60 millones acompañados de la salida de Brahim Díaz no convencieron al Chelsea.

Ahora, el club blanco prepara una última propuesta que rondaría los 110 millones fijos más 20 en variables, con un límite temporal de 72 horas para cerrar la operación.

Carlo Savi Alonso ha tomado un papel activo en la negociación, manteniendo conversaciones directas con Palmer para convencerlo de su rol fundamental en el esquema 4-2-3-1, donde jugaría como falso extremo derecho con libertad para asociarse con Mbappé y aprovechar su velocidad junto a Vinicius Junior.

Alonso insiste en que Palmer es el toque de calidad que puede decidir partidos cerrados y que no hay sustituto en el mercado que iguale su versatilidad y talento.

Paralelamente, la situación contractual de Vinicius Junior ha desatado una tormenta dentro del club.

El extremo brasileño ha paralizado las negociaciones para renovar, exigiendo un salario neto de 25 millones de euros anuales, cifra que superaría incluso al de Kylian Mbappé, considerado el fichaje estrella del Real Madrid.

Además, Vinicius reclama una cláusula de rescisión de mil millones de euros y garantías escritas de protagonismo deportivo y comercial, incluso por encima del francés.

Estas demandas han sido calificadas de desproporcionadas por la directiva, que ve en ellas un riesgo para la estructura salarial y el equilibrio del vestuario.

La tensión ha escalado hasta el punto de que Florentino Pérez y Savi Alonso mantuvieron una reunión de emergencia para abordar el conflicto.

Pérez recordó el histórico enfrentamiento con Sergio Ramos en 2021, cuando el capitán abandonó el club por desacuerdos económicos, dejando claro que “nadie está por encima de la institución”.

La presión externa también juega un papel crucial.

Dos consorcios vinculados al gobierno saudí han ofrecido a Vinicius un contrato millonario de 85 millones netos anuales, con contratos publicitarios estatales que podrían duplicar esa cifra.

Esta oferta ha motivado la estrategia del jugador de usar al Real Madrid como palanca para acceder a contratos aún más lucrativos en Asia.

El malestar generado por esta situación se ha dejado sentir en el vestuario.

Fuentes internas revelan que Mbappé expresó su frustración con la frase: “En este club venimos a ganar títulos, no a competir por nóminas.”

Por su parte, Jude Bellingham y Federico Valverde han manifestado preocupación por el impacto del conflicto en la concentración y el ambiente previo a la temporada.

Veteranos como Dani Carvajal y Fede Valverde están actuando como mediadores discretos, recordando a Vinicius que el club siempre recompensa el rendimiento, pero exige lealtad institucional.

La directiva se encuentra en un delicado equilibrio entre satisfacer las demandas de sus estrellas y mantener la armonía en el equipo.

En este escenario, el Real Madrid se enfrenta a un momento crítico.

La posible incorporación de Palmer podría transformar su ataque para la próxima década, creando una delantera temible junto a Mbappé y Bellingham.

Pero si la operación fracasa, el club tendrá que activar planes alternativos, como acelerar el regreso de jugadores como Hendrick desde Palmeiras o dar más minutos a canteranos como Gonzalo García.

Mientras tanto, la renovación de Vinicius Junior sigue bloqueada, y la presión de la tentación saudí añade incertidumbre sobre su futuro en el Bernabéu.

La ventana para cerrar estos asuntos se acorta rápidamente, y el desenlace definirá no solo la composición del equipo, sino también la ambición y estabilidad del proyecto blanco.

Florentino Pérez ha dejado claro que no pagará “locuras”, pero tampoco renunciará a lo que considera esencial para el éxito deportivo.

La pregunta que muchos se hacen es si el presidente podrá manejar estas crisis sin que el club pierda su esencia y liderazgo en Europa.

En definitiva, el Real Madrid está en una encrucijada donde las decisiones económicas y deportivas se entrelazan con tensiones internas y externas.

La fiesta en el Bernabéu podría convertirse en un drama si no se resuelven pronto estos conflictos que amenazan con desestabilizar al gigante blanco.

Y como bien ironizan algunos aficionados: “Aquí no se negocia un salario, se juega para ganar. ¿O es que ahora vamos a hacer subastas en vez de partidos?”

Esta frase refleja la incertidumbre y el nerviosismo que se respira en Madrid, donde la gloria y la polémica parecen ir de la mano en esta temporada que ya promete ser inolvidable.