Drew Scott, nombre

completo Andrew Alfred Scott, nació el

28 de abril de 1978

en Vancouver, Canada. Muchos lo conocen

simplemente como el encantador y

carismático coanfitrión del exitoso

programa Property Brothers, donde junto

a su hermano gemelo Jonathan transforman

hogares y con ellos también sueños. Drew

no es solo un decorador o agente

Drew Scott |

inmobiliario. Es para millones el rostro

amable del hogar perfecto, del trabajo

en equipo, de la esperanza de una nueva

vida. Pero esta vez la realidad le jugó

una carta impensada.

Esta vez fue su vida la que tuvo que ser

renovada de urgencia en una sala de

Tragedia de vida y triste final de Drew Scott - YouTube

emergencias. Todo ocurrió en cuestión de

segundos, como suele pasar con las

verdaderas tragedias. Una carretera, un

vehículo, un impacto brutal. Drew Scott

fue víctima de un accidente de tráfico

que lo dejó gravemente herido. Las

primeras informaciones fueron confusas,

Drew Scott Shares Deeply Personal Post on Wife's Birthday

fragmentadas. Se hablaba de un choque a

alta velocidad, de maniobras

desesperadas por parte de los servicios

de emergencia. Pero lo que más celó la

sangre fue la confirmación. Drew había

sido trasladado de urgencia al hospital

Property Brothers' Star Strips Down on 'The Drew Barrymore Show' - Parade

en estado crítico. La noticia recorrió

las redacciones de todo el mundo en

minutos, pero nada, absolutamente nada,

se comparó con la reacción de su esposa,

Linda Fan.

Fuentes cercanas aseguran que al

enterarse del accidente, Linda entró en

un estado de shock absoluto.

Property Brothers' Drew Scott Shares Exciting Family News

Testigos la vieron llorar

desconsoladamente,

gritando el nombre de su esposo mientras

corría hacia la entrada del hospital.

Su fortaleza habitual, su sonrisa

serena, todo se quebró en mil pedazos

ante el pánico de perder al amor de su

Drew Scott Movies & TV Shows List | Rotten Tomatoes | Rotten Tomatoes

vida. Y es que quienes conocen a Drew y

Linda saben que no son simplemente una

pareja mediática.

Su historia es una de las más admiradas

en el mundo del espectáculo.

Complicidad, respeto, apoyo mutuo.

Drew en más de una entrevista ha dicho

que linda es su roca, su ancla. Y ahora

esa roca temblaba ante la posibilidad de

enfrentarse a la pérdida. En el hospital

el ambiente era de total incertidumbre.

Médicos entrando y saliendo de la sala

de cuidados intensivos, familiares

conteniendo el llanto, amigos intentando

comprender lo incomprensible.

Mientras tanto, en redes sociales, el

mundo reaccionaba con una ola de

mensajes de apoyo, velas encendidas

virtualmente, oraciones que cruzaban

fronteras, idiomas, credos. Porque Drew

Scott no es solo un personaje

televisivo, es un símbolo de calidez

humana, de empatía, de energía positiva.

Verlo postrado, vulnerable, era un golpe

que nadie estaba preparado para recibir.

Las últimas informaciones que hemos

podido confirmar. Tras contactar con una

fuente del entorno médico, indican que

Drew ha sido sometido a varias

intervenciones quirúrgicas. Su estado

sigue siendo grave, pero estable. Los

médicos con cautela mantienen la

esperanza.

Está luchando. No lo ha dejado de hacer

ni un solo segundo nos dijo una

enfermera que prefirió mantenerse en el

anonimato. Según ella, la fuerza de Drew

es impresionante.

Es como si supiera que todo el mundo lo

espera de vuelta. Pero esta historia no

es solo una crónica de un accidente, es

también un espejo que nos muestra la

fragilidad de nuestros ídolos. Drew

siempre sonriente, siempre dispuesto a

levantar una pared o un ánimo caído.

Ahora depende de máquinas y cuidados

intensivos para sobrevivir. Y sin

embargo, incluso en esta situación

límite, su figura nos sigue enseñando

algo. La importancia de la familia, del

amor verdadero, de la solidaridad. Los

productores de Property Brothers han

emitido un breve comunicado pidiendo

respeto y privacidad, pero dejaron

entrever que si Drew logra salir

adelante y todos confiamos en que así

será, el programa se detendrá por un

tiempo.

Nada es más importante que la salud y la

familia, reza el texto. Un mensaje que

en esta era de inmediatez y

superficialidad resuena con una potencia

inusual. Mientras tanto, Linda no se ha

movido del hospital. Día y noche vela

junto a su esposo. Fuentes cercanas

aseguran que apenas ha dormido, que se

niega a dejarlo solo, que cada latido de

Drew es un suspiro de alivio para ella.

Es el retrato del amor en estado puro,

del compromiso más allá de las cámaras y

las alfombras rojas. A nivel

psicológico, el golpe es brutal.

No solo para la familia, sino también

para los millones de seguidores que han

crecido con Drew en sus pantallas.

Psicólogos especializados en fenómenos

mediáticos señalan que este tipo de

eventos generan un duelo colectivo, una

pérdida simbólica que remueve emociones

profundas, aunque nunca hayamos conocido

personalmente al afectado. Y quizás por

eso esta historia nos toca tanto, porque

Drew Scott representa algo muy valioso,

la bondad sin estridencias, el éxito

construido con trabajo duro y

honestidad, el cariño que se gana sin

escándalos. En un mundo del espectáculo

donde las noticias suelen ser

escándalos, divorcios o polémicas, Drew

era y es un ejemplo atípico, el hombre

que hizo del hogar un espectáculo sin

dejar de ser humano. Hoy, mientras

grabamos este video, el pronóstico sigue

reservado. Pero si algo hemos aprendido

del camino de Dru es que los milagros sí

existen, que la fe cuando se une con el

amor puede mover montañas y quizás

también reconstruir cuerpos heridos.

Desde este humilde espacio enviamos toda

nuestra fuerza a Drew, a Linda, a

Jonathan y a toda la familia. Y a

ustedes los invitamos a dejar su mensaje

en los comentarios, a encender una vela

simbólica, a acompañarnos en esta

vigilia esperanzada, porque aunque las

paredes puedan derrumbarse, aún podemos

reconstruir. Didrew, el carismático

presentador de Property Brothers, el

rostro familiar de tantas renovaciones

soñadas, el hermano sonriente que

convirtió las reformas del hogar en

televisión de culto, ahora tendido en el

asfalto, cubierto de sangre y con el

rostro irreconocible por los golpes, era

apenas una sombra de aquel hombre

vibrante que millones habían aprendido a

querer. Un testigo, aún temblando,

relató con voz entrecortada. Fue como

una explosión. La camioneta de Dru salió

volando tras el impacto, giró y se

estrelló contra un poste. El techo se

hundió completamente. Nunca vi algo tan

violento. Corrimos hacia él, pero no se

movía. Los primeros en llegar fueron

vecinos y automovilistas. Rompieron el

parabrisas, forzaron las puertas,

gritaron su nombre. Cuando finalmente

lograron sacarlo del maciijo de hierro y

vidrio, Drew no reaccionaba. Su cuerpo

estaba inerte. Su rostro empapado en

sangre, un silencio sepulcral envolvió

el lugar, solo roto por las sirenas que

se acercaban a toda velocidad. La

ambulancia lo recogió en estado crítico.

Trauma craneal severo, posible

hemorragia interna, múltiples fracturas.

Pero más allá de los términos médicos,

la verdad era devastadora. Drew Scott

estaba al borde del abismo.

A kilómetros de allí, su esposa recibía

la llamada que ninguna mujer desearía

contestar. La voz del paramédico era

técnica, casi robótica, pero el

contenido era claro. Accidente, estado

grave, hospital inmediato. Lo que

ocurrió después solo puede describirse

como una caída emocional libre. Cuando

llegó al hospital, no gritó, no

preguntó, caminó unos pasos y se

desplomó.

De rodilla sobre el frío suelo de la

sala de urgencias, con las manos

temblorosas y los ojos enrojecidos, solo

pudo balbucear una súplica. Drew, por

favor, no nos dejes. No me dejes sola

con nuestro hijo. Las enfermeras se

detuvieron. Los doctores, por un

instante, parecieron congelarse.

No era una escena de telenovela. Era

real, cruda, brutalmente humana. La

esposa del hombre que había hecho reír y

soñar a tantos. Ahora suplicaba por su

vida con una desesperación imposible de

describir con palabras. Asinan. Los

medios no tardaron en hacerse eco. Las

imágenes del vehículo destrozado

circularon por todo el país. Las redes

sociales estallaron en mensajes de

apoyo, oraciones, recuerdos y lágrimas.

La etiqueta Fuerza Drew se convirtió en

tendencia mundial en menos de una hora,

pero entre la avalancha de titulares

pocos se atrevieron a profundizar. ¿Qué

había pasado realmente? ¿Fue un error

humano, una imprudencia? ¿Una falla

técnica? Lo cierto es que según el

primer informe de la policía, un

conductor distraído por su teléfono

móvil había cruzado un semáforo en rojo

envistiendo de lleno el costado de la

camioneta de Drew que circulaba a

velocidad legal. Un acto de

irresponsabilidad,

un segundo de distracción, un hombre al

borde de la muerte. Ari. Mientras tanto,

en el hospital, el equipo médico luchaba

contra el tiempo. Cada minuto era una

moneda lanzada al aire entre la vida y

la muerte. Las lesiones internas

requerían cirugía inmediata. La presión

craneal debía estabilizarse. El riesgo

de que Drew no despertara jamás era

real, palpable, insoportable. Su esposa,

sin despegarse de la sala, firmó los

consentimientos con la firmeza que solo

da el amor más profundo. No lloró más,

solo apretó los labios y repitió una y

otra vez. Él va a volver. Lo sé. Druw es

fuerte. Las horas se volvieron

eternidades.

El quirófano, un campo de batalla y en

cada rincón del hospital, un silencio

tenso flotaba como presagio. Así muchos

recuerdan a Drew como el hombre de la

sonrisa permanente, del optimismo

contagioso, pero pocos saben cuán

profundamente comprometido estaba con su

familia.

Detrás de cámaras, Drew era un esposo

devoto, un padre amoroso, alguien que

prefería una cena casera con su mujer y

su hijo a cualquier alfombra roja. Por

eso la escena en el hospital golpeó tan

fuerte, porque no era solo una figura

pública, era un ser humano amado,

respetado, admirado y ahora pendía de un

hilo. Uno de los médicos, en un momento

de franqueza poco habitual, confesó,

“Estamos haciendo todo lo posible, pero

la situación es crítica. Lo que ocurra

esta noche definirá el resto de su vida

si sobrevive.

¡Aos! En las afueras del hospital, los

fans comenzaron a llegar. Velas

encendidas, carteles de apoyo, canciones

que alguna vez Drew mencionó en

entrevistas como sus favoritas. Un mural

improvisado se levantó en cuestión de

horas con mensajes como, “Vuelve a casa,

Drew, no te rindas, tu familia te

espera.” Las muestras de cariño no

cesaban y quizás en medio de ese dolor

colectivo surgía algo que muchas veces

se pierde en el frenecí de la fama, la

verdadera conexión entre artista y

público. Drew, con su naturalidad y su

cercanía, había trascendido la pantalla,

había tocado vidas y ahora esas vidas

clamaban por él. En momentos como este,

el mundo del espectáculo deja de ser un

simple entretenimiento para convertirse

en una gran familia unida por el amor y

la empatía.

Drew Scott, el carismático y entrañable

presentador de Property Brothers, ha

sufrido un gravísimo accidente de

tráfico que lo ha llevado directamente a

cuidados intensivos.

La noticia ha sacudido no solo a su

familia, sino también a millones de

seguidores alrededor del mundo que han

crecido admirando su pasión por

transformar hogares y cambiar vidas. Su

esposa, al enterarse, se desplomó entre

lágrimas, incapaz de asumir que el

hombre que siempre irradiaba fuerza,

humor y ternura ahora lucha por su vida

en una fría sala de hospital. El caos se

apoderó de su entorno más cercano

mientras médicos y enfermeros luchan

cada segundo por estabilizar su estado.

La imagen de Drew, siempre sonriente y

lleno de energía, contrasta

dolorosamente con esta nueva realidad y

eso ha conmocionado profundamente a

todos los que lo conocen y lo aman

directa o indirectamente.

Hoy más que nunca Druw necesita de

nuestro amor, nuestras oraciones y

nuestra energía positiva. En estas

circunstancias límite cuando la unión de

corazones puede hacer la diferencia.

Desde cada rincón del planeta, los

mensajes de apoyo, esperanza y cariño

inundan las redes sociales. Nadie quiere

imaginar un mundo sin su presencia

luminosa. Por eso, te invitamos a unirte

en este momento de dolor, a abrazar a su

familia con tu solidaridad y a mantener

viva la fe en que Drew Scott, nuestro

hermano de la televisión, saldrá

adelante y volverá a iluminar nuestras

pantallas con su alegría inconfundible.

M.