El reverendo Serafín Sedano, confesor y capellán de la Casa Real durante más de 30 años, falleció a los 92 años dejando un legado espiritual profundo y respetado, siendo despedido con honores por la familia real y la comunidad católica en El Pardo.

El pasado miércoles 21 de mayo, la Casa Real de España se vistió de luto tras el fallecimiento del reverendo Serafín Sedano, quien dedicó más de tres décadas de su vida a servir como capellán de la familia real.

Con 92 años de edad, Sedano dejó un legado imborrable en la historia de la institución, siendo un pilar de apoyo espiritual y moral para los monarcas y su entorno.

Nacido el 10 de octubre de 1932 en Ruijas, Valderredible, Cantabria, Serafín Sedano fue un hombre de fe inquebrantable.

Su carrera religiosa comenzó en 1963, cuando asumió el cargo de capellán en la colonia de Mingorrubio, un puesto que mantuvo con dedicación incluso después de su jubilación a los 65 años.

Sedano no solo fue el primer capellán de la Casa, sino que también se convirtió en responsable del servicio religioso de la Guardia Real, un papel que desempeñó con gran compromiso y entrega.

La noticia de su muerte fue confirmada por sus familiares, quienes expresaron su pesar en las redes sociales. La capilla ardiente fue instalada el jueves 22 de mayo en la Capilla de los Alabarderos del cuartel del Rey de la Guardia Real de El Pardo.

Allí, amigos, familiares y allegados se reunieron para rendir homenaje a un hombre que dedicó su vida al servicio de Dios y de la familia real.

Esta tarde, se oficiará una misa en su memoria, un acto que simboliza la profunda conexión que Sedano mantuvo con aquellos a quienes sirvió.

A lo largo de su vida, el reverendo Sedano se ganó el respeto y la admiración tanto de los miembros de la realeza como de la sociedad en general.

Su labor fue reconocida por el Papa Juan Pablo II, quien le otorgó el título de Prelado doméstico de Su Santidad, un honor que pocos reciben y que subraya la importancia de su trabajo en la comunidad católica.

Su legado no se limita a su servicio religioso; Sedano también fue un consejero y amigo cercano de varios monarcas. Durante momentos de crisis y celebración, su presencia fue un faro de esperanza y guía espiritual.

Su capacidad para escuchar y ofrecer palabras de aliento lo convirtió en un confidente valioso en la vida de la familia real, lo que demuestra la confianza que depositaron en él.

El fallecimiento del reverendo Sedano no solo deja un vacío en la Casa Real, sino también en el corazón de muchos que lo conocieron.

Su carácter amable y su dedicación a los demás lo convirtieron en una figura entrañable, y su pérdida será sentida profundamente por todos aquellos que tuvieron el privilegio de cruzarse en su camino.

Mientras la familia real se prepara para despedir a su querido capellán, muchos en la sociedad española reflexionan sobre el impacto que tuvo Sedano en sus vidas.

Su historia es un recordatorio de la importancia de la fe, la comunidad y el servicio a los demás. A medida que se llevan a cabo los actos en su honor, se espera que la Casa Real comparta anécdotas y recuerdos que resalten la vida y el legado del reverendo.

En un mundo donde los valores parecen desvanecerse, la vida de Serafín Sedano es un testimonio de la dedicación y el amor que pueden ofrecerse a los demás.

Su ejemplo perdurará en la memoria colectiva, inspirando a futuras generaciones a seguir su camino de servicio y compasión. La Casa Real, en su duelo, también celebra la vida de un hombre que, a través de su fe y dedicación, tocó tantas vidas.

La comunidad católica, junto con la familia real, se une en oración por el eterno descanso de Serafín Sedano. Su legado seguirá vivo en los corazones de todos aquellos que fueron tocados por su bondad y su fe inquebrantable.

La misa en su honor será no solo un tributo a su vida, sino también una celebración de la fe que él tanto valoró y promovió a lo largo de su vida.