Meses después de su linfoma cerebral, el artista revive en entrevista con Carlos Franganillo, la frase que le animó a volver a los escenarios.

VUELVE RAPHAEL MÉRIDA: 180 días después del linfoma cerebral Raphael  reaparece en el Teatro Romano de Mérida

Raphael (82 años) ha vuelto a demostrar que pocas cosas pueden apartarle de su gran pasión: el escenario.

Apenas unos meses después de ser diagnosticado con un linfoma cerebral, el artista ha reaparecido con más fuerza que nunca.

Y lo ha hecho contando, por primera vez para Carlos Franganillo, cómo vivió la enfermedad y cuál fue el momento exacto en el que sintió que la recuperación estaba al alcance de la mano.

Raphael reaparece y pronuncia sus primeras palabras tras recibir el alta  hace tres meses #raphael #cantante #primeraspalabras #conciertos

El intérprete de ‘Mi gran noche’ concedió esta entrevista al presentador de ‘Informativos Telecinco’ desde su propia casa.

Allí, Raphael relató que no es de los que se recrean en lo vivido: «No soy un nostálgico y creo que para mí es bueno.

No soy una persona que quede contento a la primera de cambio», confesó. Asegura que su aprendizaje siempre ha sido autodidacta: «Creo que en cada época de mi vida he ido haciendo lo mejor que he sabido hacer. También yo soy una persona que todo lo aprendo yo, que yo no tengo un maestro por ahí que me vaya enseñando».

A finales de 2024, un accidente cerebrovascular encendió todas las alarmas.

Pocos días después, los médicos confirmaron el diagnóstico de un linfoma cerebral que le obligó a retirarse de inmediato de los focos.

Sin embargo, ese retiro apenas se alargó medio año: el pasado 15 de junio, Raphael volvió a subirse a un escenario, nada menos que en el Teatro Romano de Mérida, dentro del Stone & Music Festival, ante miles de fans que celebraron su regreso como una auténtica victoria.

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El artista recordó que cuando los médicos le explicaron la gravedad de lo que le ocurría, él solo quería soluciones: «Afortunadamente me sacaron adelante de una manera rápida.

Me acuerdo que cuando vinieron a explicarme lo que me ocurría yo ya estaba puesto en la carretera. Le dije a los médicos: ‘Lo que vaya a hacer, hágalo ya’».

Comparado con el trasplante de hígado que afrontó en 2003, Raphael describe esta última etapa como más difícil de entender: «Mucho más engañoso porque no llegué a perder el juicio. Yo seguía enterándome de lo que pasaba, pero no entendía. No les podía ayudar y eso me dejaba con la mosca detrás de la oreja».

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Sin embargo, entre análisis, tratamientos y pruebas, llegó un instante clave que cambió su ánimo.

Lo cuenta él mismo, palabra por palabra: «Al final del primer mes, uno de los médicos que estaba me preguntó si ensayaba mucho. Le dije que no, que soy más del último momento. Me dijo: ‘Pues vete ensayando’, diciendo que ya me quedaba poco». Aquella frase fue el empujón definitivo para convencerse de que volvería a hacer lo que más le gusta.

Durante toda la recuperación, Raphael asegura que no permitió que el miedo ganara terreno: «Esta vez no he llorado ni una sola vez porque lo vi tan claro en las palabras de los médicos». La ilusión por regresar a los escenarios, afirma, ha sido su mejor medicina: «Yo sigo aprendiendo constantemente y eso es bueno para mí».

Para él, cada concierto es una celebración: «El escenario para mí es felicidad», sentenció, dejando claro que no piensa en el retiro: «Yo soy carne de escena y yo moriré en el escenario. Es la forma que tengo de ser feliz».

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A sus 81 años, Raphael vuelve a demostrar que su gran noche sigue lejos de apagarse. Su familia, confiesa, ha sido clave para sobrellevar estos meses: «Es muy importante para mí. Es bueno que haya conseguido tener una familia en la que yo me vuelco siempre que puedo».

Rodeado de los suyos y del calor de su público, Raphael retoma la carretera como él mismo pidió aquel día: con ganas, esperanza y con sus canciones como mejor terapia.