Alberto Chicote rompe su silencio sobre la polémica aparición de Broncano y Lalachus durante las Campanadas, defiende su profesionalismo y revela cómo vivió desde dentro una de las noches más tensas y comentadas de la televisión española.

El chef y presentador Alberto Chicote ha decidido romper su silencio meses después del revuelo que causó la aparición de David Broncano y Lalachus durante las Campanadas de fin de año.

En una entrevista reciente en el pódcast “Vaya vaina”, Chicote ofreció una visión inédita de lo que realmente ocurrió aquella noche que dividió a la audiencia entre TVE y Antena 3, y cuya imagen más viral fue la aparición de los dos presentadores de La Resistencia en un balcón contiguo, mientras él y Cristina Pedroche se preparaban para dar la bienvenida al nuevo año desde la Puerta del Sol.

Todo comenzó cuando La Sexta le propuso por primera vez a Chicote participar en la retransmisión de las Campanadas. Aunque al principio le pareció una idea inusual, acabó aceptando tras consultar con su representante.

Aquel momento marcó el inicio de una tradición que se ha mantenido durante varios años, en los que Chicote se ha consolidado como una de las caras más reconocibles de la Nochevieja televisiva, acompañado de figuras como Andrea Ropero o Cristina Pedroche, esta última siempre envuelta en expectación por el vestido que lucirá.

Sin embargo, en la última edición, la atención no se centró únicamente en la pareja de Antena 3. Desde un balcón cercano, David Broncano y la influencer Lalachus —conocida por su humor ácido y su trabajo en redes sociales— realizaron una intervención improvisada y cargada de ironía que fue rápidamente interpretada como una provocación por parte de la audiencia.

Mientras los espectadores esperaban la tradicional cuenta atrás, muchos vieron cómo la emisión de TVE parecía parodiar, de manera encubierta, el formato y la estética de su cadena rival. La escena generó comentarios encendidos en redes sociales, dividió opiniones y dejó muchas preguntas sin responder… hasta ahora.

Chicote ha abordado la polémica sin rodeos, aclarando que aunque eran plenamente conscientes de que Broncano y Lalachus estaban justo al lado, su atención estaba centrada únicamente en lo que sucedía en su propia retransmisión.

“Sabíamos que estaban ahí, claro que sí. Pero nuestro trabajo no era mirar al balcón de al lado, sino hablarle a la gente que nos estaba viendo desde casa. Ellos merecen todo nuestro respeto”, afirmó el cocinero con rotundidad.

A pesar de la tensión entre bastidores, Chicote remarcó que su prioridad siempre ha sido ofrecer una emisión cuidada, cercana y profesional para los millones de personas que lo siguen cada 31 de diciembre.

Cabe recordar que David Broncano, uno de los presentadores más influyentes de la televisión actual, había sido objeto de intensos rumores durante meses sobre una posible llegada a TVE con su exitoso formato “La Resistencia”.

Aunque finalmente el programa se mantuvo en Movistar Plus+, su aparición en la retransmisión de las Campanadas de la cadena pública se interpretó como un movimiento estratégico que apuntaba a su consolidación en un entorno más mainstream.

La elección de Lalachus como compañera de emisión tampoco fue casual: con una sólida base de seguidores jóvenes y un humor provocador, la humorista encajaba a la perfección con la intención de TVE de conectar con una nueva audiencia.

El cruce de caminos entre estas dos duplas televisivas —Chicote y Pedroche por un lado; Broncano y Lalachus por el otro— no solo evidenció la creciente competencia entre cadenas, sino también las diferentes maneras de entender el entretenimiento en la televisión española actual.

Mientras unos optan por el espectáculo visual y la tradición, otros apuestan por el humor irreverente y los guiños generacionales.

Lo curioso del caso es que, lejos de mostrarse molesto, Chicote aprovechó la oportunidad para reflexionar sobre la evolución del evento televisivo de la Nochevieja. Según él, la clave no está en lo que ocurre alrededor, sino en cómo cada equipo conecta con su público.

“La gente en casa quiere pasarlo bien, emocionarse, reír… y nosotros tenemos la responsabilidad de ofrecerles eso sin distracciones ni polémicas”, comentó, dejando claro que para él el respeto a la audiencia está por encima de cualquier batalla de egos o estrategias mediáticas.

Esta no es la primera vez que las Campanadas generan controversia. Desde el ya legendario “error de las uvas” de 2014 en Canal Sur hasta los debates anuales en torno al vestido de Cristina Pedroche, la última noche del año se ha convertido en un escaparate televisivo donde todo está medido al milímetro, pero donde también puede surgir la chispa del escándalo en cualquier momento.

En esta ocasión, lo que parecía una simple coincidencia geográfica entre dos retransmisiones se convirtió en uno de los temas más comentados en redes, alimentando teorías, memes y críticas cruzadas entre los seguidores de ambos bandos.

Hoy, con la perspectiva que dan los meses y la calma tras la tormenta mediática, las palabras de Chicote arrojan luz sobre una situación que muchos aún consideraban ambigua.

Lejos de alimentar la polémica, el chef ha optado por defender la profesionalidad y la serenidad, evitando entrar en guerras televisivas y reafirmando su compromiso con la calidad y el respeto al espectador.

Eso sí, su mensaje también deja entrever una advertencia: las Campanadas no son un juego, y quien se atreva a convertirlas en espectáculo alternativo tendrá que estar preparado para las consecuencias.

Mientras tanto, la audiencia ya espera con expectación qué pasará en la próxima Nochevieja. ¿Repetirán Broncano y Lalachus? ¿Responderá Antena 3 con una apuesta aún más llamativa?

¿Volverá Chicote a ocupar el icónico balcón junto a Pedroche? Lo único cierto es que la batalla por las Campanadas ya no es solo una cuestión de audiencias: se ha convertido en un fenómeno cultural donde cada detalle puede hacer historia.