La expareja pasea junta, charla y comparte abrazos con sus hijas, normalizando la situación y dejando claro que los rumores sobre terceras personas o conflictos no afectan su compromiso como padres.

 

Kiko Rivera e Irene Rosales, juntos de nuevo junto tras la separación

 

Madrid, 10 de septiembre de 2025 – Apenas dos semanas después de anunciar su separación tras once años de relación y nueve de matrimonio,

Kiko Rivera e Irene Rosales han vuelto a ser vistos juntos en un gesto que confirma su buena sintonía y su compromiso como familia por el bienestar de sus hijas Ana, de 9 años, y Carlota, de 7.

La expareja, que había sido noticia por la ruptura y los rumores sobre posibles terceras personas implicadas, ha querido mostrar que mantienen una relación cordial y madura pese al final de su vínculo sentimental.

La jornada comenzó temprano en la mañana del martes, cuando Kiko fue visto entrando y saliendo de lo que hasta ahora ha sido el hogar familiar, donde su exmujer permanecerá con las niñas.

El objetivo principal del Dj y la influencer era acompañar a Ana en su primer día de colegio, un momento especialmente significativo al tratarse del inicio en un nuevo centro escolar.

Desde la llegada al colegio, ambos se mostraron atentos y pendientes de su hija, coordinando la entrada y saludando a profesores y compañeros con naturalidad, evidenciando que la ruptura no ha alterado la estabilidad emocional de la menor.

 

Kiko Rivera e Irene Rosales, juntos de nuevo tras su separación

 

Durante el trayecto hacia la escuela, Kiko caminaba varios pasos por delante mientras Irene sostenía de la mano a Ana, pero rápidamente ambos se reagruparon, caminando juntos y abrazando a la niña en un gesto de unión familiar.

Las miradas cómplices y las sonrisas intercambiadas entre ellos dejaron claro que su relación actual se basa en el respeto y la cooperación, y que los conflictos anteriores quedan relegados a la esfera privada.

“Queríamos que este día fuera especial para Ana y que sintiera que estamos los dos a su lado”, comentaba Irene a los periodistas que cubrían el evento, dejando claro que la prioridad sigue siendo la familia.

Tras dejar a Ana en su aula y asegurarse de que se adaptaba bien a sus nuevos compañeros y maestros, Kiko e Irene continuaron con la rutina del día escolar, desplazándose juntos al colegio de Carlota para recoger a la pequeña al finalizar la jornada.

Durante el paseo, se les vio charlar animadamente, compartir confidencias y mantener una actitud relajada frente a las cámaras, demostrando que su relación, aunque ya no romántica, sigue siendo sólida en lo que respecta a la crianza de sus hijas.

 

POLÉMICA RUPTURA | Kiko Rivera e Irene Rosales juntos de nuevo, esto es lo  que ha ocurrido

 

El aspecto de ambos también fue objeto de atención mediática. Kiko lució visiblemente más delgado tras los días posteriores a la separación, con su inseparable gorra y gafas de sol, acompañado de una camisa de manga corta que ajustaba ligeramente su figura.

Por su parte, Irene apostó por un look casual y elegante: pantalones vaqueros acampanados, un top blanco sin mangas con escote en uve y botonadura frontal, complementado con un bolso de Louis Vuitton que añadió un toque de sofisticación a su conjunto.

Ambos demostraron que, pese a la separación, mantienen la coordinación en la forma de presentarse ante el público y los medios.

La presencia de la pareja en este primer día de colegio no solo sirvió para demostrar su compromiso con las niñas, sino también para acallar los rumores surgidos tras la separación.

Ninguno de los motivos especulados por la prensa –desde terceras personas hasta conflictos económicos– fueron evidentes en su comportamiento.

Al contrario, se mostró un front de familia unida y madura, capaz de superar los obstáculos propios de una ruptura mediática.

 

El reencuentro inevitable de Kiko Rivera e Irene Rosales: la imagen que lo  dice todo tras su separación

 

Fuentes cercanas a la pareja aseguran que Kiko e Irene mantienen reuniones frecuentes para planificar la rutina de las niñas, actividades extraescolares y eventos familiares, garantizando así que la transición a la nueva situación familiar sea lo más natural posible.

De hecho, el cuidado compartido ha sido siempre un punto clave para ambos, y la asistencia conjunta a eventos escolares se ha convertido en una prioridad desde el anuncio de la separación.

En declaraciones exclusivas, Irene aseguró: “Queríamos que Ana y Carlota sintieran que este cambio no afectaría su día a día, y que seguimos siendo una familia aunque nuestros caminos amorosos hayan cambiado”.

Por su parte, Kiko añadió: “La separación no significa alejamiento; seguimos siendo sus padres y vamos a estar siempre presentes para ellas, pase lo que pase”.

La complicidad mostrada en público refuerza la idea de que, pese a las diferencias personales, ambos priorizan la estabilidad emocional de sus hijas sobre cualquier controversia mediática.

 

Irene Rosales, muy agobiada por la presión mediática tras su separación de Kiko  Rivera

 

El primer día de colegio, acompañado de risas, confidencias y abrazos, se convirtió así en la prueba palpable de que Kiko Rivera e Irene

Rosales saben separar la vida privada de la exposición pública, mostrando que la cooperación y el respeto mutuo son posibles incluso tras la ruptura.

A su regreso al hogar familiar tras recoger a Carlota, la pareja continuó compartiendo momentos de conversación y coordinación, dejando claro que la familia sigue siendo la prioridad.

Con esta reaparición, Kiko e Irene envían un mensaje claro: aunque su relación sentimental haya finalizado, su compromiso con las hijas y la normalización de la vida familiar continúa intacto, marcando un ejemplo de cómo gestionar la crianza conjunta tras un divorcio o separación.

La jornada cerró con ambos de vuelta a casa, recordando que la prioridad está en el bienestar y la estabilidad de Ana y Carlota, y no en los rumores que la prensa pueda generar sobre su vida personal.